sábado, 14 de enero de 2012

El Lado Fácil De La Solidaridad


Algunos ejemplos del lado fácil de la solidaridad
No te hace mejor persona...

No te hace mejor persona ir a misa todos los domingos, golpearte el pecho, rezar mil avemarías, dar tu limosnita para los más pobres y orar por la paz del mundo si en tu propia casa lo único que se vive es desigualdad, les das comida distinta de la que tú consumes a tus empleadas, no les pagas beneficios sociales, no compartes la mesa con ellas con el pretexto de que no saben de modales... Si no saben, enséñales. Jesús ensenó a pescar, ¿no? Bueno, haz lo mismo, pues. Si no practicas la reciprocidad, ir a misa y desgarrarte en padrenuestros de nada sirve. Recuerda que Dios ama a los justos y odia a los tibios. Para él es frio o caliente, pero tibio es vomito. Recuérdalo siempre.


No te hace mejor persona bajar la luna de tu auto y darle un sol al niño pobre del semáforo. Eso no es comprometerse, eso no es solidarizarse, eso no es hacerse cargo, eso es más de lo mismo. Sería mucho mejor si decidieras pagarle a ese niño del semáforo el colegio, o ver la manera de sacarlo de ese mundo. Si se puede, a mi no me van a contar la historia... Sé por qué lo digo y no lo diré en este artículo. Solo es un tema de querer hacerlo. Hazte cargo al 100% de un niño de la calle. Dale amor, dale fe, esperanza, medios para salir adelante, extírpalo de la miseria que le toco vivir. Eso es realmente amar a la niñez; lo demás es basura. Y seamos honestos: muy caro no te va a salir.

 
No te hace mejor persona regalar ropa usada o comida en bolsita para llevar, esa que tus hijitos no quisieron terminar en el restaurante. Eso es simplemente miserable y más miserable aún es decir: la comida no se desperdicia, hay que dársela a los pobres. Los pobres, efectivamente, tienen hambre y seguro van a aceptar con mucho placer tu bolsita de sobras (porque eso son, sobras). No se da de lo que a uno le sobra, hay que dar más bien de lo que te falte. Ese es el verdadero esfuerzo. Además, ¿te gustaría que te hagan lo mismo? Seguro que dirás, "pero esa gente no tiene qué comer y lo van a agradecer". Sí, de hecho que sí, pero tú sabes muy bien que a ti no te va a mandar a la bancarrota comprar un plato de comida exactamente igual al que acaban de comerse tus hijos.

No hagas con otros lo que no te gustaría que hagan contigo.


No te hace mejor persona pasearte con tu latita en algún semáforo sanisidrino pidiendo ayuda para los niños con cáncer si ahora en el verano vives en alguna casa club de esas playas racistas, donde no dejan entrar al mar a las empleadas, las niñeras, los choferes y demás personal de servicio. Bueno, ahora están tratando de barajar esa barbaridad poniendo horario... Las empleadas podrán entrar al mar y a la piscina a partir de las seis de la tarde. Una burla, claro esta. Si permites eso, si vives en medio de eso, si no lo denuncias, si no lo enfrentas, por más que te pases la vida recolectando dinero para los niños con cáncer-sida-leucemia o lo que fuera, serás simplemente miserable y, peor aún, serás una persona de doble moral, doble discurso, doble código. Y eso también es basura.

Es bueno confrontar tus valores con tus actos. Definitivamente es difícil, muy difícil, y siempre estará a la mano la siguiente respuesta: es que uno no puede ir contra la corriente, contra el sistema, contra la realidad. Me imagino que ese es el lado fácil de la solidaridad: vivir haciéndose el que hace el bien para tratar de borrar todo el mal que directa o indirectamente haces. Confróntate un poquito, mal no te va a hacer, un bañito de consecuencia en este verano de 30 grados seguro que te hará mejor persona.

No te hace mejor persona escribir un articulo en Somos encarando a los demás si no estas dispuesto a practicar lo que tanto proclamas. Me pongo a prueba, sean ustedes mis jueces siempre. Se los voy a agradecer.

A los que hablamos en voz alta siempre se nos juzgará con la vara mas larga. Eso me gusta.

Por Carlos Galdós.
Tomado de la revista Somos #1310

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